Es distinto un niño travieso, inquieto, que no para de moverse de un sitio a otro, etc. a un niño diagnosticado como hiperactivo. El TDAH o Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad se caracteriza, como indica su nombre, por un exceso de actividad e impulsividad y un déficit de atención, es decir, los niños así diagnosticados suelen distraerse fácilmente, son descuidados en las tareas diarias y no consiguen terminarlas a tiempo, con el fracaso escolar que ello implica. Hablan y se mueven en exceso, corriendo y saltando, sin poder disfrutar verdaderamente de sus juegos o actividades de ocio e interrumpiendo las actividades de otros niños.

Existen distintas formas en que el TDAH se puede presentar y estas son las siguientes:

Presentación en la que predomina la hiperactividad/impulsividad:

El niño se mueve nerviosamente y habla mucho, le resulta difícil quedarse quieto durante mucho tiempo. Los niños más pequeños pueden saltar, correr o trepar constantemente o además puede interrumpir mucho a otros, agarrar cosas que les pertenecen a otros niños o hablar en momentos inapropiados.

Presentación en la que predomina la falta de atención:

Es difícil para un niño pequeño lograr terminar una tarea, seguir instrucciones o prestar atención a los detalles, es decir, se distrae fácilmente.

Estos niños necesitan, por supuesto, un diagnóstico y posterior tratamiento médico, pero hoy vamos a hablar de cómo la actividad deportiva ayuda a controlar esa hiperactividad. Además, practicar deporte es beneficioso para todos, niños y mayores, sin contraindicaciones.

¿Qué deporte es el mejor para un niño hiperactivo?

Algunos estudios realizados dicen que el 52% de los niños hiperactivos tienen dificultades motoras y de coordinación como trastorno asociado, por lo que son más torpes que otros niños de su edad. En cambio, tienen una gran elasticidad y flexibilidad, lo que se debe aprovechar y potenciar a la hora de la elección del deporte a practicar.

La actividad física quema el exceso de energía de manera saludable. También ayuda a que tu niño enfoque su atención en movimientos específicos y con ello puede disminuir la impulsividad. Un punto súper importante es que la realización de ejercicio estimula el cerebro de manera saludable, también mejora la concentración, disminuye el riesgo de depresión y ansiedad.

Los deportes más indicados para niños hiperactivos son los individuales como:

La natación, el ciclismo ya que esta actividad le produce una inmensa sensación de libertad y de espacio que les permite escapar de las frustraciones de la vida cotidiana.

La gimnasia y las artes marciales: judo, kárate y taekwondo por la disciplina que requieren para mantener la atención y la organización necesaria para practicarlos, también el tenis o bádminton. 

Los deportes en grupo, como el fútbol, que se suele jugar en el patio de todos los colegios, no parecen en principio muy indicados, aunque con un buen entrenador y paciencia también pueden terminar dando muy buenos resultados al conseguir que el niño hiperactivo se sienta parte del equipo.

Con la ayuda del entrenador y el empeño necesario de los padres, el deporte puede tener efectos muy positivos en el niño hiperactivo, porque le ayudará a respetar las reglas, a tener un mayor autocontrol y a descargar su energía en la consecución de un objetivo, además de ocupar su tiempo de ocio en una actividad lúdica y sana.

Respecto a la duración de las sesiones deportivas, se ha observado que lo más recomendable para conseguir un aumento de la atención del niño es aproximadamente 50 minutos, ya que en sesiones menores no se aprecian beneficios notables y en sesiones mayores se pueden obtener incluso resultados contraproducentes.

Solo no puede, con ayuda sí

Con tu ayuda, es decir, con la ayuda de los padres y del monitor del deporte elegido, tu hijo mejorará significativamente su hiperactividad. Necesita tiempo y, sobre todo, confianza, pues, aunque pueda ser una labor dura, al final ten por seguro que le reportará muchos beneficios.

Es importante que le des instrucciones cortas y concisas, destacando los aciertos y dejando los errores en un segundo plano, con empatía y con la confianza de que mañana le saldrá mejor. En definitiva, se trata de estimularlo y tratarlo como a todos nos gustaría que nos trataran, ¿verdad que sí?

Fuente:deporteysalud.hola.com

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